Artesanía: Tejas artesanales salamatecas - CRN Noticias

2022-09-10 04:45:54 By : Ms. Dolly Hwang

Elaboradas por las manos hábiles de grandes maestros artesanos, las tejas han sido a lo largo del tiempo una de las más tradicionales y eficaces formas de darle techo a las casas, logrando no solo una cobertura duradera, sino además manteniendo la frescura en el interior de los hogares, por ello es muy común encontrarlas en los lugares de clima cálido, como lo es el caso de Salamá, Baja Verapaz, en donde las tejas y ladrillos son la manufactura artesanal de los barrios: El Calvario, Santa Elena y La Estancia de la Virgen. 

Baja Verapaz es un departamento con gran variedad ecológica y gran cantidad de recursos naturales como la arcilla. Es por ello, que de lugares como este, se tiene una tradición muy antigua en la elaboración de tejas y ladrillos.

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La producción de tejas y ladrillos ha sido y es una labor ininterrumpida, desde la época colonial. Son artesanías del ramo de materiales de construcción.  Tienen como elemento definidor el barro.  La producción alfarera de este tipo desempeña un papel económico de importancia. En la mayoría de municipios y departamentos de la República de Guatemala, muchos artesanos se dedican a esta labor.

El realce de las mismas radica en que son elaboradas manualmente con el uso de molde o sin él. En el caso de las tejas y ladrillos, el uso del molde es imprescindible. Se necesitan tres moldes: uno rectangular denominado galápago que es la base de la teja y dos moldes cóncavos que los tejeros denominan “recibidor”, ya que la mezcla de barro de base plana, pasa inmediatamente al molde cóncavo dándole la curvatura característica de la teja.

El uso de máscaras es una práctica humana muy antigua, especialmente para esconder la identidad y para mostrar o modificar las emociones.

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Para producir los ladrillos también se usan moldes rectangulares cerrados por los cuatro lados y abiertos en la parte superior e inferior. Pueden ser dobles o sencillos con medidas de 10 por 20 o 10 por 15 centímetros. El origen del molde es incierto, ya que fue común por igual en las tradiciones europea y prehispánica.

En el área rural, y en el caso específico de las aldeas de Salamá; se pueden observar muchas casas con paredes de adobe y block, en donde los techos de dos aguas, están cubiertos de tejas y especialmente con las elaboradas en las diferentes tejeras de dicho municipio; sin descartar que en la población urbana, también se construyen casas con techos de teja.

Los tejeros, con la sabiduría que da la experiencia, reconocen, a través del tacto y la vista, la calidad del barro que necesitan para producir las tejas y ladrillos. La labor artesanal de teja y ladrillo es en solitario. El artesano inicia su labor desde muy temprano hasta, -como ellos dicen-, “hasta que se cansan y dejan de trabajar, en promedio a las 5:00 de la tarde”.

Cuando se realiza la quema, la situación cambia, pues los artesanos que tienen la responsabilidad de la quema del producto inician de las 10:00 u 11:00 de la noche y terminan al siguiente día a las 7:00 u 8:00 de la noche, es una ardua labor.

Según los tejeros, una teja de buena calidad, debe producir un “buen sonido” cuando se golpea con el nudillo del dedo índice. Además debe tener un color uniforme.  Si la teja emite un sonido sordo, no es de buena calidad.

El diseño de las tejas y ladrillos ha sido el mismo desde años atrás. La calidad, el buen acabado, la funcionalidad y todas las cualidades inherentes de cada objeto, determinarán la demanda y otras exigencias que favorezcan la comercialización del producto.

Con las tejas se realiza la cubierta de viviendas que con el paso del tiempo los antiguos mayas cambiaron, dejando el rancho de paja por el techo español de teja y estructura de madera, dejando así evidencia del legado cultural de la conquista.