Alternativas para aplicar a tus espacios. Sugerencias para sumar color. conseguir equilibrio y armonía.
La pintura es uno de los recursos simples a la hora de renovar los interiores y utilizado con mayor frecuencia. De hecho, hay una quinta pared que no estamos acostumbrados a tener en cuenta: el techo. Este puede pasar de ser una superficie simple y aséptica a convertirse en un protagonista importante de una habitación.
En esta nota, Tendencias te propone un repaso a diferentes opciones para que elijas la que mejor le cabe a tus ambientes.
Existe una razón por la que, históricamente, los techos se pintaron de blanco en el diseño de interiores. Es un color ligero, brillante y realza los demás colores. No es una idea muy atrevida ni promueve la creatividad, pero ¿es la opción correcta para tu casa? La respuesta es: depende.
Si la vivienda es chica o tiene techos bajos los colores claros son la mejor opción, ya que ayudarán a que el espacio se perciba más amplio.
La pintura del techo puede coincidir con las paredes. Si estás pintando la pared con un color neutro que te gusta, ¿por qué no subirlo por completo? Esto puede crear la ilusión de un espacio más grande y resulta especialmente útil cuando se trata de una habitación con muy poco interés arquitectónico. ¿No hay molduras de techo o marcos de ventanas para resaltar? Entonces, llevá esa pintura hasta arriba.
Otra opción es teñir la pintura del techo con una pequeña cantidad del color de la pared. Esto coordina el color del techo con las paredes sin igualar al cien por ciento. Puede ser especialmente bueno pintar de diferentes tonos de blanco las molduras, techos y las paredes.
Primero, es importante evaluar el tamaño de la habitación y la altura del techo, para luego elegir el color. También hay que tener en cuenta el color de los muebles, paredes y accesorios de la habitación, para lograr una buena estética. Además, tenés que saber que los colores oscuros en el techo llaman la atención hacia arriba, mientras que los colores claros desvían al ojo hacia abajo.
Una de las posibilidades es elegir una paleta de colores neutros como blancos, beige y grises para decorar muebles, paredes y suelos con estos tonos. Luego, elegir un color fuerte que combine con el resto de los colores neutros y aplicarlo en el techo. La habitación será elegante y además tendrá una energía vibrante gracias al color.
Si, por el contrario, querés lograr el efecto de reducir un poco el espacio, optá colores oscuros. Pintar el techo de un color oscuro es un truco sencillo para redimensionar la altura de la habitación y compensar sus defectos proporcionales. De hecho, el color oscuro rebaja visualmente el techo y, en consecuencia, ensancha el perímetro.
Es una solución adecuada para habitaciones estrechas con techos muy altos. Si está pintado de blanco, hace que el ambiente parezca aún más estrecho. Si lo pintás oscuro, hará que la habitación parezca más grande.
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