Un repaso por los 20 pabellones de verano de la Serpentine Gallery de Londres

2022-09-17 04:06:49 By : Mr. Gang Li

Cocinas pequeñas Baños modernos Feng shui en casa Decoración salón Casas prefabricadas

Tras ser, (como prácticamente todo), pospuesto durante un año, la ciudad de Londres retoma una de sus grandes tradiciones; con la llegada del verano aterriza en Kensington Gardens el pabellón anual de la Serpentine Gallery. Este pabellón es siempre una gran oportunidad para que arquitectos de fuera del país tengan un inmenso escaparate de su trabajo en el que experimentar libremente, y darse a conocer a un público más amplio. Counterspace, el estudio de arquitectura de Johannesburgo dirigido por Sumayya Vally ha sido el seleccionado para su creación.

Sumayya cuenta que, según su parecer, en un mundo tan diverso como el que ahora vivimos, el papel de la arquitectura hoy en día es el de repensar las estructuras existentes para que reflejen la pluralidad de quien somos. La idea detrás de su diseño para el Serpentine Pavilion ha sido la de dar lugar, en un espacio reducido, a todos los barrios de Londres, a todas las culturas que ahí conviven, a todo lo que fue, lo que es y lo que será. En sus formas se esconden alusiones a un gran número de lugares de culto de la ciudad, desde Librerías hasta mezquitas.

El nuevo pabellón está construido con acero recuperado, corcho y madera y está recubierto con microcemento. Contiene una gran variedad de texturas y una gama cromática que ve del rosa al marrón y que aluden directamente a la arquitectura londinense, haciendo referencia también a los cambios de luz a lo largo del día.

Vally ha construido un alegato a la identidad, a la comunidad, a la pertenencia y al encuentro, un alegato que pretende ser en sí mismo un punto de encuentro multicultural. Invitados por la arquitecta a esta mirada puesta también en el pasado, vamos a repasar a continuación la historia de este evento anual que marca el verano londinense echando un vistazo a los 19 pabellones que le precedieron.  

Vally ha construído un alegato a la identidad, a la comunidad, a la pertenencia y al encuentro, un alegato que pretende ser en sí mismo un punto de encuentro multicultural. Invitados por la arquitecta a esta mirada puesta también en el pasado, vamos a repasar a continuación la historia de este evento anual que marca el verano londinense echando un vistazo a los 19 pabellones que le precedieron.

Ishigami toma el techo, el elemento principal de la arquitectura según él, como absoluto esencial. A través de él juega con las perspectivas, creando una especie de ola marina de tejas naturales que parece que surja del propio suelo. El arquitecto quería recrear una montaña hecha de rocas en un intento de suplementar la arquitectura tradicional con las metodologías modernas. El interior prácticamente vacío y desestructurado es un armónico espacio libre, un refugio para la contemplación.

La arquitecta mexicana celebra la oportunidad de experimentación que concede a los arquitectos éste tipo de proyectos. Al no tratarse de una vivienda ni tan siquiera de un edificio permanente, pueden llevar a cabo sus ideas más inusuales, convirtiendo la experiencia en un laboratorio que ayuda al desarrollo de la propia creatividad e identidad. La idea central tras su diseño es la de trabajar con el paso de la luz, sus sombras y sus reflejos, convirtiendo el edificio en una pieza temporal que da cuenta del paso del día.

El burkinés Francis Kéré, al frente de su estudio de arquitectura con base en Berlin, fue el encargado de diseñar el pabellón de 2017 de la Serpentine Gallery. Encontró la inspiración para su construcción en el árbol que sirve como punto de encuentro principal en su Gando natal. Keré creó un edificio que pretendía conectar a sus visitantes entre ellos y con la naturaleza. Un techo expansivo y circular y unas paredes que dejan pasar el aire, un microcosmos que es un refugio para las habituales lluvias de la ciudad inglesa.

El danés Bjarke Ingels, fundador del estudio BIG (Bjarke Ingels Group), creó lo que llamó una pared desabrochada, un juego visual construido a base de tubos de fibra de vidrio apilados uno encima del otro. El efecto que consigue es el de ser un rectángulo perfecto y una forma orgánica y ondulada; opaco y transparente, modular y escultural; todo depende del punto de vista. Una pared que se convierte en un espacio, una cueva, un cañón.

El proyecto del primer estudio español invitado para el evento consistió en una amorfa y colorida estructura hecha a base de paneles traslúcidos en colores flúor. Había múltiples aperturas por las que entrar y salir e incluso corredores secretos. Selgascano se propuso diseñar una experiencia para que el visitante “sintiese” la arquitectura, así que buscaron la síntesis de ésta: "estructura, luz, transparencia, sombras, forma, cambio, color, sorpresa"; y se enfocaron en ella para incorporar todos los elementos. Cada entrada al serpenteante volumen ofrece un viaje particular por el espacio.

Una aparición de la naturaleza marina sobre escalada, como el esqueleto de un erizo que, suavizado por el tiempo se hubiese vuelto liso y dejase pasar la luz a través de su caparazón. Como si el paisaje circundante se hubiese vuelto prehistórico con sus grandes piedras de cantera esparcidas por el suelo. El chileno Smiljan Radic se propuso que su construcción se pareciese lo más posible al papier maché con el que elabora sus maquetas, que diese la sensación de ser una estructura finísima y frágil, para ello elaboró el cascarón en fibra de vidrio traslúcida. La mayor parte de su investigación la dedicó a conseguir el grado preciso de transparencia así como el color y la textura.

El visionario arquitecto japonés responde con este edificio a sus propias reflexiones al rededor del límite entre la naturaleza y lo artificial, cómo son de distintos, cuánto podrían llegar a estar unidos. Su pabellón está construido a base de barras de dos centímetros de diámetro que se cruzan en un intrincado patrón que parece que salga del suelo como una brillante matrix. Fujimoto lo describió como un terreno transparente que invita a la gente a interactuar con él y a explorarlo de diversas formas. La transparencia lo integra en la naturaleza, la geometría de la forma lo diferencia.

El dúo suizo y el artista chino quisieron hacer un homenaje a todos los pabellones que les precedieron construyendo doce columnas, una por cada pabellón anterior y una última para el que ellos estaban construyendo. Todas estas columnas sostenían lo que parecía una plataforma flotante. El interior del pabellón estaba construido enteramente en corcho, un material sostenible que recordaba a la tierra excavada, invitando al visitante a mirar por debajo de la superficie, tanto el parque como el tiempo, encontrando las estructuras de tiempos ya pasados.

El arquitecto suizo plasmó en su pabellón su fascinación por los jardines, el paisaje más íntimo que conoce, según cuenta. Zumthor explica que en la inmensidad de los Alpes suizos hay granjeros que vallan sus jardines, es lo pequeño en lo inmenso, y los vallan porque así los protegen, los protegen de los animales que podrían entrar a comérselos, y al mismo tiempo crean para ellos mismos un espacio que es una especie de santuario. Este espacio de paz es lo que quiso transmitir con su proyecto, invitando al espectador a una lentitud que le convirtiese en observador. Unas paredes oscuras delimitan el espacio a cielo abierto, con reminiscencias zen.

En 2010 la Serpentine Gallery cumplía 40 años y una década comisariando los ya famosos pabellones. Para celebrarlo tiraron la casa por la ventana e invitaron al mundialmente reconocido arquitecto francés Jean Nouvel. Rojo rojísimo, construido con materiales ligeros y estructuras dramáticas. Inspirado en los iconos y souvenirs londinenses, las cabinas rojas, los autobuses rojos, los buzones rojos.

Como los integrantes del estudio SANAA lo describieron en su día, su pabellón consistía en una estructura que semejaba aluminio flotante, derramándose libremente entre los árboles como si fuera humo. Su cualidad reflectora lo hacía transformarse según el clima fundiéndolo con el entorno. Un terreno para las actividades con vistas ininterrumpidas al parque y acceso por todos lados.

El celebérrimo Frank Gehry construía por primera vez en Inglaterra en el 2008, y se estrenaba precisamente con un espectacular pabellón con una estructura de aleros flotantes de madera y cristal. Funciona como anfiteatro y como avenida al mismo tiempo, para su diseño el arquitecto se inspiró en un sin fin de fuentes, desde las catapultas de madera de Da Vinci hasta las paredes de rayas de las casetas de playa. Para este proyecto Gehry colaboraba por primera vez con su hijo Samuel Gehry.

El artista danés y el arquitecto noruego unieron fuerzas y disciplinas para llevar a cabo este proyecto. Construyeron una estructura revestida de madera que se asemejaba a una peonza. Una rampa en espiral daba dos vueltas completas creando un dramático desnivel.

El arquitecto holandés y el innovador diseñador estructural británico trabajaron juntos en el diseño del pabellón de 2006 de la Serpentine Gallery. Una especie de globo aerostático blanco es el rey de la escena, está coronando una estructura circular translúcida con unas escalinatas que al iluminarse de noche dan la sensación de estar a punto de entrar en una nave espacial.

Los autores portugueses quisieron que su edificio, pese a ser absolutamente contemporáneo, estableciese un diálogo con la neoclásica casa de té en la que se encuentra la galería. El pabellón consistió en una sencilla pero distorsionada retícula rectangular que creaba unas formas curvas dinámicas.

Un diseño simple e ingenioso, construido en acero, aluminio, cemento y vidrio. Según el brasileño Niemeyer, un edificio debería ser contado en un sencillo esbozo y, una vez construida la estructura, tendría que estar prácticamente completo. Su pabellón consiste en un auditorio semi-sumergido en tonos blancos con una pasarela de entrada rojo rubí.

Una estructura de apariencia extremadamente compleja que surge del algoritmo de un cubo girando y creciendo. Un edificio que combina partes blancas con transparentes, líneas que se cruzan creando triángulos y trapezoides irregulares dando la sensación de movimiento infinitamente repetido.

Se llamó “Dieciocho Vueltas” y quería ensalzar la belleza de los Kensington Gardens y su conexión con la galería. El pabellón estaba creado a partir de paneles metálicos escarpados que se ensamblaban entre ellos en una secuencia dinámica. La estructura, envuelta en estos paneles, creaba brillantes reflejos de luz y revelaba una perspectiva absolutamente nueva del espacio verde del jardín y del edificio en sí.

El año 2000 fue el inicio de esta historia que cuenta ya con dos décadas en su espalda y la legendaria Zaha Hadid fue la encargada de inaugurar lo que se convertiría en una sólida tradición londinense. La estructura que creó reinventaba de forma radical la idea preestablecida de lo que era una tienda. Tomó la forma triangular de su techo, creando un espacio interior masivo usando el acero como principal material para la estructura.

Descubre las últimas tendencias en arquitectura, interiorismo y diseño.

Descubre las últimas tendencias en arquitectura, interiorismo y diseño.

Suscríbete a nuestra Newsletter

Déjanos tu correo y recibirás todas las novedades de Arquitectura y Diseño

¿Deseas dejar de recibir las noticias más destacadas de Arquitectura y Diseño?